Crónicas de un Cambio Siniestro
Un tiempo atrás, solo en la mente de una persona carente de cordura pudo habitar por un momento el pensamiento desmesurado y sumamente loco, de que en algún instante de nuestro engreído vivir se pudiese atravesar tan imprevisible situación.
Quizá nos ganó la superstición aquel viernes 13 donde nuestra vida banal y corriente culminó. Si nos tomáramos el trabajo de recordar ese día, me atrevería a afirmar que todos teníamos nuestra mente ocupada en acontecimientos o preparativos para aquel fin de semana, para la siguiente semana, para el próximo mes. ¿Qué tipo de persona en su sano juicio pudo haber imaginado lo que nos esperaba?
Y es que el verdadero reto en toda situación es aprender a dominar con serenidad, y ésta claramente no iba a ser la excepción.
Recuerdo aquella tarde de marzo, de manera cotidiana me despedía de mis amigos con la esperanza de reencontrarnos el próximo lunes; y así empezó todo, con una ilusión inalcanzable.
(…)